kabezona: Londres: día 1

El primer día hicimos lo que llevaba tiempo deseando hacer: ¡ ir al mercadillo de Candem Town !

Impresionante es poco... Ropa, bolsos, bisutería complementos, vintage, moderno, antigüo, lolita, heavy, goticorro, discos, ¡muebles!...
Me imaginé pasando en ése lugar todo el día comprando y comiendo. Era mi primera mañana y ya tenía plena conciencia de dos cosas: la primera, que la semana iba a ser alucinante, y la segunda, que si viviese en Londres me pondría gggorrrrrrrrrrdaaa (pero a éso ya llegaremos). ¿Que por qué lo digo? Porque todo el mercadillo (sobre todo en la parte al lado del canal) olía a comidita que daba gusto debido a los múltiples puestos de comida de todas clases, entre las que nosotros degustamos con sumo gusto unos fideitos con rata rebozada (la cual ellos intentaban llamar sin éxito "pollo"). Me encantó la rata del canal de Candem.

He aquí mi única adquisición de ése día, pues ya habría tiempo de volver y fundirme los pounds que me sobraran, al fin y al cabo, era el primer día.

Un flechazo: un silbato metálico color bronce sobre el que habían incluido un reloj. Para los que me han conocido en mi época "silbato" lo entenderán, y para los que no, tengo 7 de ellos en todos los colores en el cajón de mi mesilla. Supongo que una fusión entre el el silbato-look de "Carlota-a-los-16-años" y los collares-reloj que me quitan el sueño era el camino natural a seguir en mi mundo perfecto.

Y mi angelote lo encontró. Y yo no pude dejarlo allí solito ^^

Y tras unas horitas dando vueltas hicimos lo que todo Londinense un sábado por la noche ha de hacer: salir a beber a la 18:00 de la tarde. Y he de confesarlo: es lo mejor que se puede hacer. Necesitamos implantar ese estilo de vida aquí, en España.
Ése, y el de beber botellines de sidra de sabores en sustitución a la cerveza que (siento decirlo) nunca me ha gustado.
Y el de que los garitos tengan grámolas de verdad.
Y el de que los hombres de 60 años sean no sólo los más bailarines del bar sino también los más simpáticos.
Y el de que, para entrar en ésos bares, te pidan el DNI, ¡¡¡pero no sólo a tí, sino a todo el mundo!!!